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Rugientes vítores llenaron el campo de fútbol de Van Nuys High School durante el último partido de fútbol de la temporada 2022 cuando Nataly Martínez placó a su oponente masculino. Al salir del campo eufórica, fue recibida con mensajes de apoyo de sus compañeros de equipo.
Una vez finalizada la temporada, el director deportivo Dion Coley anunció a la escuela que al año siguiente se pondría en marcha un equipo femenino de flag football.
Martínez aprovechó inmediatamente la oportunidad y se retiró del equipo de fútbol.
Los atletas se retiran de los deportes por varias razones, ya sea cambiando a otro deporte o retirándose por completo.
Algunos, como la actual estudiante de último año Nataly Martínez, se enamoran de otro deporte y se pasan a él. Otros, como la estudiante de primer año Camila Guzmán-Alvarez, lo encuentran demasiado agotador físicamente o, como la estudiante de tercer año Silvia Salazar, se retiran para aliviar el estrés.
Martínez empezó a jugar al fútbol en su segundo año de instituto.
“Quería demostrar a otras chicas que jugar al fútbol no es sólo cosa de hombres o un deporte masculino”, dice Martínez.
Jugó una temporada entera en el equipo y, cuando se organizaron las pruebas de flag football, animó encarecidamente a las chicas a que se apuntaran.
Dejar el fútbol fue una decisión difícil para ella, pero sabía que quería unirse a su nuevo equipo con un nuevo objetivo en mente.
“Para mí, unirme al fútbol fue un paso adelante para motivar a otras chicas”, dijo Martínez. “Pero definitivamente dejé el fútbol con un gran corazón”.
Camila Guzmán-Alvarez decidió retirarse del equipo de animadoras debido a su salud.
Guzmán-Alvarez comenzó su carrera de animadora en la escuela media y después de la culminación, sabía que era algo que le gustaría seguir en la escuela secundaria.
“Me encantaba animar porque era muy agradable estar rodeada de otras chicas”, dijo. “Todo el mundo en el equipo era muy comprensivo”.
Una vez que comenzó el año escolar, las cosas progresaron positivamente para Guzmán-Alvarez, hasta que comenzó a experimentar náuseas y vómitos constantes, así como problemas en las rodillas durante la práctica.
Al principio, pensó que se trataba de las duras exigencias de las animadoras, así que probó con el fútbol y tuvo los mismos problemas.
“Me sentía muy mal en general durante los entrenamientos”, explica Guzmán-Alvarez. “Tenía ganas de desmayarme y de vomitar. Ni siquiera una hora después de las pruebas de fútbol, vomité dos veces”.
Todavía no sabe por qué su cuerpo se negaba a dejarla practicar, pero sabía que seguir practicando le causaría más dolor, así que al final tomó la decisión de retirarse.
Salazar se retiró del equipo de voleibol debido a una sobrecarga de estrés.
Después de jugar al voleibol en la escuela media y decidir hacer una prueba para nuestro equipo de secundaria el verano anterior a su primer año, Salazar jugó sus dos primeros años de secundaria en el equipo.
Salazar veía en el deporte una forma de calmar su ansiedad.
“Mis amigos y yo disfrutábamos mucho jugando, y como he practicado deportes durante mucho tiempo, siempre fue para mí una forma de aliviar el estrés”, dice Salazar.
Sin embargo, todo cambió cuando comenzó el penúltimo año, un año notoriamente difícil y crucial para las solicitudes universitarias.
Ella siempre fue capaz de utilizar el voleibol para aliviar el estrés, pero con las clases de Colocación Avanzada y el voleibol, el estrés comenzó a abrumarla, dando lugar a problemas físicos.
“Es el penúltimo año, así que empecé a tomar muchos cursos más difíciles”, dijo. “Debido a esto, empecé a tener un problema estomacal, un gastro inducido por el estrés”.
Retirarse no le resultó fácil, pero sabía que si no lo hacía, le costaría su salud mental.
“En vez de ser un lugar para aliviar mi estrés, el voleibol empezó a causarme estrés, así que necesitaba salir”, dijo Salazar.
Independientemente de las dificultades que llevaron a la retirada de estas atletas, las tres han encontrado la alegría en lo que vino después.
Martínez encontró la alegría en pasar tiempo con sus compañeras de equipo en el equipo de fútbol bandera.
“Para mí, el flag football es lo más divertido que he hecho en mi vida”, afirma Martínez. “Cuando veo a otras chicas jugando al fútbol, me pongo muy contenta porque veo la misma dedicación que yo tenía con el fútbol”.
Guzmán-Alvarez encuentra alegría en poder apoyar a sus antiguas compañeras de equipo.
“Me encanta el equipo de animadoras”, dice. “Aunque ya no esté allí, siempre me encontraré apoyándolas”.
Salazar encuentra alegría en tener menos estrés del que solía tener con el voleibol y las clases avanzadas en su plato.
“Obviamente, con los estudios sigo estresada, pero sentí que habría sido el doble si hubiera tenido un deporte encima”, dijo.
Retirarse de un deporte puede asustar, pero si los deportistas creen que es la mejor decisión, el resultado puede ser positivo.
Al igual que Martínez, Salazar y Guzmán-Alvarez encontraron la felicidad después de retirarse, otros atletas también pueden encontrar consuelo al dejarlo.
Este artículo apareció originalmente en la edicío impresa de otoño de 2024.