Con sus familiares puertas dobles de color granate y su fachada neoclásica, el Auditorio Donna Hubbard es el centro de artes escénicas del instituto Van Nuys.

Sede de actuaciones, asambleas y reuniones de estudiantes, el edificio debe su nombre oficial a la primera mujer directora del centro, la Sra. Donna Hubbard. El auditorio es un testimonio de la extraordinaria mujer que dio forma a los cimientos de nuestra comunidad académica.

La Sra. Hubbard comenzó su carrera como profesora de español en 1920 y más tarde fue vicedirectora de las niñas de 1921 a 1934. Asumió el cargo de directora de toda la escuela en 1935, génesis de su trayectoria de siete años al frente de Van Nuys High School.

Demostrando sabiduría y esperanza en el futuro, la Sra. Hubbard animó a los estudiantes a ser la mejor versión de sí mismos a medida que la Depresión se agravaba y se acercaba la Segunda Guerra Mundial. Hizo hincapié en la calidad de la educación, así como en moldear a los alumnos para convertirlos en líderes destinados al éxito.

La Sra. Hubbard, una mujer madura y competente, compartía sus conocimientos sobre experiencias vitales universales y defendía los valores democráticos estadounidenses. Durante su último año como directora, en 1941 -el año en que EE.UU. entró en guerra- la Sra. Hubbard validó la importancia de una juventud educada para liderar el avance del país.

“Los alumnos del instituto Van Nuys están aprendiendo el significado de la democracia a través de la experiencia real de vivir y trabajar juntos”, expresaba en el anuario. “Están tomando conciencia del hecho de que hay una diferencia vital entre licencia y libertad; que sin responsabilidad no puede haber privilegio ni libertad duraderos y que el bienestar de todos debe preocupar a los individuos. Es una cuestión de convicción que la mejor defensa, la protección más adecuada que América puede tener es un cuerpo de jóvenes inteligentes y leales que estén irrevocablemente dedicados al gran objetivo de la democracia: una vida más abundante para todos.”

La orientación de la Sra. Hubbard como directora surgió de su profundo conocimiento del liderazgo. Afirmando la gran necesidad de un liderazgo competente, creía en el poder de los líderes para lograr lo aparentemente imposible y animaba a los alumnos a ser sinceros cuando dirigían a otros.

“Líderes, líderes fuertes, líderes con coraje y visión, ésta es la gran necesidad del mundo actual”, afirmó la Sra. Hubbard. “Inteligencia, imaginación, honradez, iniciativa, sinceridad, altruismo, simpatía, comprensión, paciencia, lealtad, equidad y justicia son algunas de las cualidades que debe poseer un líder dinámico. Hay pocos logros que no sean posibles, siempre que se disponga de líderes fuertes y capaces que muestren el camino; que despierten en los corazones de los hombres la respuesta dinámica que conduce a la victoria. En todo verdadero líder reside la chispa divina que enciende la imaginación, mueve a la acción, inspira valor y supera los obstáculos. Lo que parece imposible de lograr se convierte en realidad cuando el líder maestro encuentra el camino”.

Además de su comprensión del liderazgo, Donna Hubbard reconoció la importancia de vivir la vida al máximo. Para la Sra. Hubbard, el mundo era una tierra de belleza y oportunidades.

“Nos interesamos tanto por las cosas sólo en la medida en que las comprendemos y las conocemos, por lo que nos incumbe a todos y cada uno de nosotros, si queremos ser felices y vivir rica y abundantemente, esforzarnos por comprender las fuerzas que siempre están operativas en nuestro universo, la belleza que está en todas partes en el mundo de la Naturaleza y las miríadas de cosas que ver, oír y hacer en el reino ilimitado de posibilidades que nos ofrece la búsqueda”, compartió.